El 10 de Enero publiqué una entrada en la que comentaba por qué los mercados no reaccionaban a los ajustes. Por qué si los ajustes son exigidos por los mercados no reaccionan favorablemente. Resumidamente decía que el mercado no quiere ajustes, quiere reformas. El inversor no quiere mínimas pérdidas, quiere máximos beneficios. Quiere planes de crecimiento. El 19 de Enero, después de que la UE anunciara un plan de crecimiento para toda la Zona Euro, publiqué una entrada titulada "La profecía", donde reforzaba la idea anterior y comentaba mi creencia: si el plan era una apuesta seria y formal, el fin de la crisis estaría más cerca.
Han pasado ya 6 meses y en España nada se sabe de aquel plan de crecimiento. Cada semana, nos encontramos con nuevos ajustes: subida de impuestos, recortes salariales, menores prestaciones por desempleo, eliminación de la ayuda a la compra de vivienda, etc. pero los mercados siguen sin responder. Todo lo contrario, cada vez confían menos en el gobierno y su capacidad solucionar el problema. Cada vez el diferencial con el bono alemán es mayor y sus subidas más pronunciadas. ¿Nadie ha pensado que quizá quieren planes crecimiento y que con las cada vez más drásticas medidas de ajuste tan solo estamos ahogando el tejido económico-financiero del país?. Mientras no acertamos con la tecla, la situación se agrava, el consumo cae, el paro aumenta y miles de familias se desesperan.
Evolución Prima de Riesgo Española año 2012
Fuente: www.eleconomista.es
En el lado opuesto al caso español está Francia. En Mayo, Francoise Hollande se convirtió en presidente del gobierno francés y después de anunciar un plan de medidas de crecimiento -opuestas a las adoptadas por España-, su prima de riesgo no ha parado de descender hasta situarse en los 100 puntos básicos a los que cotizan hoy.
Hollande ha endurecido la presión fiscal a las grandes rentas, pagarán un 75% más de impuestos siempre, y grandes empresas, ha reducido el gasto público recortado el número de coches oficiales, el sueldo de funcionarios y políticos, ha reducido el IVA de libros y espectáculos, fomenta los créditos blandos a empresas que produzcan bienes, aumenta la inversión en educación pública y las ayudas sociales. Y de momento, a falta de ver si finalmente se materializan y cómo se materializan estas medidas, los mercados responden.
La razón y la realidad nos invita, al menos, a replantearnos las cosas.
La razón y la realidad nos invita, al menos, a replantearnos las cosas.