jueves, 19 de enero de 2012

La profecía

O de cómo la historia se repite.

El martes 10 de enero, unos días después de que Rajoy anunciara una serie de medidas de ajuste, publicamos la última entrada "Por qué los mercados no responden a los ajustes". El resumen de dicha entrada podría ser que los mercados más allá de los ajustes, lo que quieren son reformas. Cambios a largo plazo, no a corto plazo. Que un ajuste es celebrado en los mercados unas horas o un día, después, todo vuelve en la misma situación que antes, pero con un ajuste más y menos capacidad de reacción.

El jueves 12 de enero, España realizó una emisión de deuda y colocó el doble de lo previsto. El paquete de medidas de Mariano Rajoy surtió efecto y consiguió lo que se pretendía, una financiación menos costosa. El viernes 13 de Enero, tan solo un día después de obtener nuevamente la confianza de los mercados materializada en el éxito alcanzado en la emisión, la agencia de rating Standar & Poors (S&P) decidía bajarle, no uno, sino dos escalones el rating de España y a otros países de la zona Euro, entre ellos Francia que pierde su triple A. Una corrección durisima.

Según publica el diario El país en su edición digital de 14 de Enero de 2012, S&P bajó la nota a los países de la zona euro "por sus pobres perspectivas de crecimiento" y porque se "encuentra al borde de una recesión económica". Sobre España decían además "que los ajustes del nuevo Gobierno de Mariano Rajoy aunque necesarios, agravarán la recesión". Y esta es la pescadilla que se muerde la cola. El gobierno realiza ajustes para obtener la confianza de los mercados pero el ajuste genera recesión y la recesión la desconfianza de los mercados que exigirá un nuevo ajuste.

¿Cómo salir de esta dinámica? Olvidándonos de los mercados, pensando friamente y estableciendo bases de crecimiento. Si los planes son buenos, los mercados nos seguirán. Así es como debe ser y no como está sucediendo. Son los mercados los que nos deben seguir a nosotros y no nosotros a los mercados, sino jugarán con nosotros a su antojo. 

Hoy, 19 de Enero de 2012, Alemania y Francia impulsan un fondo europeo para ayudar a crecer a los países de la zona euro. Se le da un giro de 180º a la situación y se enfoca la solución a esta crisis no desde la austeridad sino desde el crecimiento y la competitividad.

El IBEX35 ha cerrado en 8.603,80 puntos, experimentando una subida del 2,17%. La subida no es muy distinta o mucho mayor a las experimentadas después del anuncio de algún ajuste, pero si el compromiso de la UE es firme en apostar por el crecimiento, seguro que los mercados reaccionarán favorablemente.

Desde Agosto de 2011, seis meses atrás, lo mayor cota alcanzada por el IBEX35 han sido los 9.300 puntos. Veremos ahora si "La Profecía" se cumple y los mercados reaccionarán a las reformas.

martes, 10 de enero de 2012

¿Por qué los mercados no responden a los ajustes?

Porque (solo) los ajustes no son la solución.

Ya son muchas las veces que se ha reunido la plana mayor de la UE para tranquilizar a los mercados y reducir los coste de financiación, son muchos los ajustes que han realizado los gobiernos y en el horizonte no se observa la solución al problema, ni siquiera los famosos brotes verdes. ¿Por qué?

La respuesta es fácil y sobre todo lógica. Los inversores exigen intereses demasiado elevados porque dudan de la capacidad de los gobiernos a devolverle su dinero puesto que sus gastos son superiores a los ingresos (en España un 8% más, ahí es nada). ¿Quién le prestaría dinero a alguien que gasta más de lo que ingresa?.

Entonces es cuando los gobiernos preocupados por los costes de financiación, toman medidas. ¿Cuales?. Pues realizar ajustes, pero siempre "en el nombre del mercado", recortan gastos y tratan de incrementar los ingresos subiendo impuestos y tasas, con la intención de equilibrar las cuentas. Objetivo "déficit cero". No es tan mala idea pensarán algunos.

Pero el maligno mercado no piensa igual y no reacciona; celebra la medida ese día pero pasadas unas horas, todo vuelve a estar como antes; o peor. ¿Por qué si ahora las cuentas cuadran, no es lo que querían? Pues no, porque saben que el ajuste no es la solución. El mercado se mueve por expectativas de futuro, busca confianza, y el ajuste es solo un parche a corto plazo. Entiende que recortar, por recortar, no tiene sentido y solo supone un paso atrás en el estado de bienestar y confianza de la población. Cree que recortando en sanidad, educación, ayudas a emprendedores, prestaciones por desempleo, etc. genera miedo. Y cuando el miedo aumenta, el consumo se contrae y por ingresar menos de lo esperadon a través de impuestos, las cuentas se vuelven a desequilibrar. Siendo necesario otro ajuste que derivará en más desconfianza de la población.... y del inversor.

Por esto creo que el mercado no valora tanto los ajustes como las reformas. No quiere un remiendo, quiere un cambio. Quiere expectativas de futuro, a largo plazo. El ajuste es fácil, la reforma no. Una reforma implica un análisis, de lo que fue y de lo que es. Exige comprender la situación y las causas, exige planificar y ello implica un mayor conocimiento de la situación. Implica un soplo de aire de fresco y una bocanada de esperanza.

Los inversores no piden que se gaste menos (algo contrario al sistema capitalista) piden que se gane más. El matiz es muy importante. La empresa que se dedique a tener las menores pérdidas posibles... mal va. El objetivo es conseguir los máximos beneficios. La solución para un parado con problemas económicos no es gastar menos, esa es una solución para salir del paso, que le servirá un mes o dos, la solución es que sea capaz de generar dinero, la solución es trabajar. Los estados, están en recesión, el crecimiento es negativo, no producen, no ingresan, están parados. La solución a su problema pasa por crecimiento, por el gasto, por la demanda agregada, por el consumo más la inversión.

Muchos paralelismos se han hecho entre la situación actual y la Gran Depresión de los años 30. Fue una década de crisis económica mundial, agravada por el sistema banario, que llevó a nivales de paro del 25% en EE.UU (en España según Bruselas, el paro es del 22,6%). La crisis actual surgió en el 2007, pronto hará 5 años de su inicio y las previsiones de mejora se aplazan sistemáticamente. Existen muchas otras similitudes que obviaremos para no extendernos (más) pero en la Gran Depresión la solución estuvo en hacer algo distinto. Como ahora, la mano invisible de Adam Smith no se veía por ninguna parte, así que fue necesario coger el toro por los cuernos y que el estado asuma un rol que no estaba desempeñando. Llegó a donde no llega la iniciativa privada e hizo una cosa de locos... para recuperar la demanda agregada, aumentó la inversión pública (porque fue inversión, no gasto), de forma que así se crearon puestos de trabajo, la gente tenía dinero para comprar, aumentó el consumo, se generaron nuevos puestos de trabajo, aumentó la confianza en la población, gastaban todavía más, el gobierno fue desapareciendo poco a poco a la vez que se volvía a ver, ahora sí, la mano invisible de Adam Smith.

A todos estos ajustes actuales les falta algo, les falta la inversión u otras medias que fomenten la iniciativa privada. 

Segundas partes nunca fueron buenas, pero.... ¿y si lo volvemos a intentar?

sábado, 7 de enero de 2012

Tu eres tú, y tu camiseta.....

La necesidad de etiquetar(les)

Esta entrada es la otra cara del tema "Yo soy yo, y mi camiseta....", cuando no eres tú el que se etiqueta sino al que etiquetan. El objetivo de estas entradas es expresar a grandes rasgos cómo veo yo a la sociedad en general y considero que son fundamentales para entender algunas de la futuras opiniones sobre distintos temas. Es relevante además por todas las connotaciones y extrapolación que se puede realizar. Es fundamental para entender el comportamiento de las personas. Y sí, efectivamente estoy haciendo lo mismo que critico, "etiquetar" a la sociedad. Pero el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

Tendemos a etiquetar a todo el mundo. Las etiquetas sirven para conocer a las personas. Si ya de inicio no parece un método muy fiable, menos lo será cuando solo nos dan dos opciones. Las preguntas son directas: ¿PP o PSOE?, ¿Barça o Madrid?, ¿Rolling Stones o Beatles? ¿Coca-Cola o Pepsi?. Todo blanco o negro. No permiten escala de grises. Pero IU, UPyD, o el Partido Animalista tienen votos, El Valencia, Sevilla y Getafe afición, Michael Jackson, Elvis o Queen muchos fans, y el Aquarius o la Fanta se venden muy bien.
Las etiquetas son transversales, están presentes en cualquier ámbito: político (¿votante de IU? comunista), profesional (¿informático? inteligente, sedentario y pasa 19h al día delante del ordenador), greográfico, (¿andaluz? gracioso y vago), ocio (¿lees? un cocoquito). Incluso dentro del propio ámbito, seguimos etiquetando. ¿El Quijote? anticuado, ¿Best Seller? lector por modas, ¿la Biblia? sectario.... Asi podríamos seguir con miles de etiquetas: ¿15-M? perroflauta, ¿bebé de azul? es niño.

Las etiquetas generan prejuicios. El prejuicio, por definición, es injusto. Somos personas, no productos. Con la etiqueta no podemos ver nuestra composición y mucho menos, conocer a cada persona. 

Pero hay una cosa que es bastante peor que etiquetar, y es sentirse cómodo con esa etiqueta. Eso implica que eres igual que el resto, denota falta de personalidad, que no tienes ese algo diferencial que te hace único.Las etiquetas crean masas y las masas son fácilmente manipulables y aborregadas. Crea "Vicentes", ese que va adonde va la gente. Por eso cada vez es más necesaria la gente que en medio del camino se detiene y pregunta si estamos yendo por el camino correcto.

Es más que posible un reproche de la masa ante la pregunta. No nos gustan las opiniones diferentes. El mejor argumento de la masa es "no todos podemos estar equivocados". Ojalá esa persona tenga la personalidad suficiente para decidir por si misma y tomar su propio camino. Solo así sabemos que la tierra es redonda o que el estornudo es una rección física y no porque un espíritu saliendo de nuestra alma. 

La gente que realmente ha aportado algo a la historia tienen un nexo común, han sabido ir contracorriente, se han alejado de las masas y no se han sentido cómodos con ninguna etiqueta, porque su personalidad iba mucho más allá.

Una vez alguien dijo: "Te ríes de mí porque soy diferente. Yo me río de ti porque eres igual a los demás". Debemos ser diferentes.

viernes, 6 de enero de 2012

Yo soy yo, y mi camiseta....

La necesidad de etiquetar(nos)
En 1943, Abraham Maslow publicó “A Theory of Human Motivation” en la que habla de las necesidades humanas. Una de ellas es la necesidad de afiliación. Defiende que las personas tienen necesidad de sentirse parte de un grupo. Formar parte de un todo. De compartir un objetivo común. La naturaleza humana hace que esta necesidad esté siempre presente. Pero precisamente la naturaleza humana, desvirtúa la esencia de esta necesidad que Maslow definió.
Creo entender lo que Maslow quiso expresar. Creo en su teoría. Pero me cuesta entender a algunas personas, demasiadas, que rizando el rizo, elevan esta necesidad hasta lo irracional. Hablo de cuando se pone al grupo por encima del fin para el que fue creado. No tiene ningún sentido salvo que se trate de obtener algún provecho. Puedo entender que el político de turno pueda defender a su partido por encima de todo por interés personal, pero puedo entender que la gente de a pie haga lo mismo.
Así somos. Con tendencia y necesidad de agruparnos, auto-etiquetarnos y por supuesto una vez hecho esto de atrincherarnos ahí, "no vale cambiar".Supongo que es porque un cambio de opinión lleva implícito aceptar un error o equivocación anterior.

Esto es visible sobre todo en política. Ya no soy de izquierdas, soy del PSOE. Ya no soy de derechas, soy del PP. Se han perdido por el camino los ideales, que debería ser lo más importante. No conseguimos entender que el partido político es un medio para conseguir un fin, un fin que defiendes, tus ideales. Ahora, consideramos el partido político como el propio fin. Trabajamos para ellos, no ellos para nosotros.
Solo a través de esta realidad se puede entender cómo una persona de izquierdas es capaz de aplaudir y defender convencida decisiones que tomó el ya expresidente Zapatero como rescates a bancos, aumento de la edad de jubilación, ajustes y privatizaciones varias, drástica reducción del gasto público, etc. Y solo así se puede entender que esta misma gente, tan comprensiva con él, sea tan intransigente con las medidas recientemente adoptadas por Rajoy. Medidas teóricamente más propias de la izquierda, más cercana a sus ideales, que las que tomó Zapatero. Sirve de ejemplo la subida de impuestos, uno subió el IRPF y el otro el IVA (del 16 al 18%), uno gravó los ingresos y el otro el consumo. Dicho de otro modo, la subida del IRPF la soporta principalmente la clase media/alta, y la del IVA la media/baja. No tiene sentido.
La misma hipocresía ideológica la tienen las personas de derechas, no son distitntos. Cuando el gobierno socialista anunciaba un nuevo ajuste era porque se hundía España y cuando lo anuncia Rajoy es porque está salvando España; cuando lo hacían los socialistas era impuesto por la UE, los cuales nos gobernaban y éramos unos títeres en sus manos; ahora es porque somos responsables, porque es necesario para salir de la crisis y porque hay un buen presidente que sabe lo que tiene que hacer.
Somos unos hipócritas. Hemos pasado de tener una ideología a tener un partido; y hemos perido con el cambio. Y como siempre que hay partido, orgullosos de nuestros colores, nos ponemos la camiseta que nos identifique y damos un apoyo incondicional e irracional. Cómo el que le da el más afionado al fútbol a su club.
Ésta es la verdadera crisis, la más preocupante. Los valores deben estar siempre por encima de partidos. Es importante tener esto claro porque llegará un momento en el que despertemos de esta realidad paralela, nos sentiremos engañados, cuando solo nos engañamos a nosotros mismos.